Los turistas ahogados
Cuentan los habitantes de la vereda La Sonora que un día llegaron de
Bogotá cuatro amigos llamados Andrea, Luisa, Alejandra y Sebastián fueron de
pesca al lago Barú que queda ahí en la vereda, llegaron alrededor de las 4:30
p.m. ya era tarde pero Don Miguel el administrador los recibió, les explico las
políticas del lugar “lo que pesque lo deben cancelar”.
Luisa manifestaron que no sabían nadar entonces les colocaron unos chalecos salvavidas. Arrancaron en su
bote, cuando llegaron a la Los muchachos estuvieron de acuerdo, Andrea y mitad
del lago se dieron cuenta de que Andrea y Luisa no tenían el chaleco abotonado,
Alejandra las regaño y les pidió que se lo abotonaran. Paso media hora cuando sintieron que algo mecía el
bote; ellos muy asustados se miraban y se preguntaban ¿Qué estaba pasando?
Hasta que Sebastián miro el agua y se dio cuenta que había un duende acuático,
ellos muy asustados gritaron y al momento este espantoso personaje también se asustó
y empujó con mucha fuerza el bote.
Esta extraña criatura logro
voltear el bote con los muchachos, Alejandra y Sebastián lograron ir
hasta la orilla del lago salvándose de ser arrastrados por el duende, pero Andrea y Luisa no se pudieron salvarse, fueron
a dar al fondo del lago porque los chalecos se les soltaron.
Los chicos asustados corrieron a decirle a don Miguel lo sucedido con
sus compañeros sin saber que este maléfico hombre era amigo del duende y lo
dejaba atrapar a todos los turistas que llegaban y a cambio le concedía un deseo.
Ese hombre los engaño diciéndoles que los iba a ayudar a encontrar a sus
compañeros, pero no fue así.
Llegada la noche los jóvenes escucharon lamentos y gritos de auxilio,
corrieron donde don Miguel muy asustados, este los convido al lago, les dijo
que no se preocuparan que el los protegería.
Al llegar allí apareció el duende a devorárselos pero los muchachos
corrieron rápido y afortunadamente encontraron los soldados de la base militar
quienes los ayudaron, fueron a constatar lo que ellos decían pero al llegar no
encontraron nada, don Miguel y el duende habían desaparecido.
y nadie volvió a saber de ellos.
Todo el Alejandra y Sebastián se marcharon de la vereda que llega a
trabajar al lago Barú, escucha los lamentos y salen espantados.
Autoras:
HEIDY
MARILUZ RODRIGUEZ, AILIN MARIANA TAMAYO Y CHARON ANDREA
RODRIGUEZ
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